La edición Nº53 de la revista Metro nos tuvo como portada donde contamos la historia de la banda a la revista. En la versión impresa la entrevista esta resumida en cuatro páginas, dando al lector la oportunidad de conocer un poco más de nosotros. Sin embargo, es dificil plasmar toda la trayectoria sin omitir algunos detalles. aca va la version completa !! ojala lo disfrutes...
Hate. Cimientos, Reconstrucción, Sangre: Versión
Total (Edición Nº53)
4 de
septiembre de 2013 a la(s) 17:36
Hate:
Cimientos, Reconstrucción, Sangre (Versión Total)
Por Pedro
Pablo Siles R.
La
entrevista publicada en la versión impresa de Metro es una versión editada.
Aquí presentamos la entrevista extendida correspondiente a nuestra edición Nº
53.
Acompañamos
a la banda más de Metal emblemática del país durante varios meses,
sumergiéndonos en los entretelones de dos décadas de historia y de un nuevo
disco que ya se delinea como clásico instantáneo.
Metro:
¿Cómo empezó Hate?
Puntos:
Más o menos tenemos que remontarnos a 1993, finales. Yo estaba haciendo una
banda; quería hacer música, quería dedicarme a eso. Estaba recién saliendo de
colegio y no había mucha gente con que puedas tocar. En esa época era muy
difícil. No es como ahora que puedes comprarte tus equipos donde sea. Era un
poco más limitado. Incluso había muy pocas bandas. Me acuerdo que esa época las
bandas fuertes eran Octavia –que era Coda 3 todavía-, estaba Dies
Irae y los comienzos de Loukass. Había una escena “underground” pero
era muy pequeña…
Metro:
¿Hacían música fuerte desde un comienzo?
Puntos:
Es que lo conocía al Vladi, pero no tocábamos juntos todavía. Yo formé la banda
con un batero que se llama Carlos Velázquez, que era de mi colegio, e íbamos
buscando a gente. Pero tú sabes: si ahora es muy difícil dedicarse a la música,
antes era peor. Entonces iba buscando y yo sabía que el Vladi tocaba y cantaba.
La idea era hacer algo más Punk. Estábamos medio perdidos, en realidad; incluso
unos años no hemos podido definir mucho.
Vladi: La
idea era hacer música, pero las bandas que escuchábamos cada quien eran
diferentes.
Puntos:
El Vladi era más cucu que yo… (Risas.)
Vladi:
Claro. Yo escuchaba más Grind y el Puntos nos hizo escuchar más discos de
Grunge, que recién estaba saliendo. Nirvana, Soundgarden, Alice
in Chains…
Puntos:
Justo yo estaba en EE.UU. en esa época y estaba explosionando el Grunge…
Vladi:
Por aquí todavía no se había escuchado…
Puntos:
Me acuerdo que traje CD’s: el Ten, el Badmotorfinger, los de Nirvana.
Era algo que a mí me gustaba y tratábamos de hacer, pero era muy difícil porque
no teníamos ni idea de tocar, ni idea de hacer una banda. El Vladi iba por su
lado, el batero era mucho más clásico, se iba por la onda Deep Purple, Zeppelin;
entonces era difícil engranar algo. El Vladi cantaba súper gutural, a nivel
bulla, porque escuchaba Grind. Y era muy difícil hacer música. No teníamos
dónde ensayar. Tocábamos en una sala de ensayos justo en esta calle, al frente
de donde estamos, en la Campero, que era supuestamente un instituto de música
donde te alquilaban los equipos, pero eran los altos de una funeraria donde
decía salón velatorio. Varias veces nos han venido a sacar a patadas…
Vladi: O
han venido a quejarse: “por favor, chicos, bájenle el volumen”…
Puntos:
Llorando: “Se ha muerto mi mamá”. Se bajaban y “fvvvvv”, de nuevo. (Risas.)
Vladi:
Era complicado.
Punto: Es
que antes era caro pues tener una guitarra. No había lugares donde comprar y
los que había eran demasiado caros, entonces no nos quedaba más que alquilar
los lugares…
Metro:
¿Cuándo comienza a tomar rumbo la cosa?
Puntos:
Bien, más o menos el ‘95. Primero con este batero que teníamos grabamos un
demo, que nos salió como nos salió. Temas Punk, temas más alternativos, temas
más duros…
Metro:
¿Ya se llamaba Hate?
Puntos:
Sí, se llamaba Hate. Desde el principio le pusimos Hate. Igual ha
sido un debate. El Vladi decía: Le pondremos Hate “algo”. Pero ni
siquiera habíamos tocado en vivo. Entonces empezamos ya con esa formación a
tocar en vivo y entramos a tocar en lugares más under. Así creo que hemos
madurando un poco la música, hasta que entró un batero que sí hacía ya
definidamente Metal, entonces nos fuimos por ahí. Yo igual escuchaba.
Aparte de que me gustaba el Grunge, siempre me gustaba el Metal. Era fan de Megadeath,
de Metallica, de Anthrax. Nos fuimos por esa onda, donde más fue
dando la banda, y al final logramos comprar equipos y ya pudimos ensayar en mi
casa hasta poder grabar. El segundo demo lo hemos grabado nosotros en un
porta-estudios que yo tenía de cuatro pistas…
Vladi:
Tocábamos los temas de ese primer demo, pero después llegó un momento en que el
batero se fue, hicimos ese cambio y grabamos el segundo demo.
Metro:
Que ya era más definidamente metalero…
Puntos:
El segundo demo sí. Ahí ya empieza lo que es Hate, como ahora la gente
nos conoce. Estamos hablando del ‘95-’96. Compramos ya un batería y empezaron a
llegar ya más equipos de Chile, entonces ya era más fácil. Siempre hemos sido
gente que nos gustaba preocuparnos por el sonido, entonces comprábamos nuestras
cosas y empezamos a darle. El primer demo lo grabamos incluso en un estudio,
con el primer batero. Era bien difícil conseguir donde grabar esa época. Sólo
existían los estudios de Discolandia.
Vladi:
Pero vino un músico, no me acuerdo quién, pero hacía Blues y vino con equipos…
Puntos: Me
acuerdo el nombre: Tommy Aperia.
Vladi:
¡Tommy Aperia! Sacó un estudio en la Radio Contemporánea. Se hacía tocadas en
vivo y también se usaba la sala para grabaciones.
Puntos:
Ése fue el primer demo; el segundo ya en el porta-estudios. Uno, por razones
económicas. Y otro, para tener más calma. Fue bien casero, pero funcionó bien y
fue el pie para lo que iba a ser Hate. Después de grabar el demo ha
habido una ruptura de unos meses con el batero. Él seguía tocando con otras
bandas y nosotros seguimos. Nos separamos incluso con el Vladi y yo toqué con
otra banda -la única vez que toqué con otra banda en mi vida- y después
nos juntamos otra vez (con Vladi) porque somos como hermanos musicales. Yo no
estaba feliz con esa banda; volvimos a hacerlo porque teníamos química con el
Vladi y volvió el batero. Dijimos, “hay que rajarnos”. Siempre fuimos una banda
que componía -desde el principio nunca hacíamos muchos covers- y pensamos en
hacer un disco. Me acuerdo que ya había más estudios: estaba Protón, ya había
Proaudio. Fuimos a ver dónde grabar el primer disco -ya teníamos los temas- y
decidimos grabar en Protón. Eso no se habla mucho, pero fue la primera vez que
una banda independiente sacó en CD el trabajo. Me acuerdo que lo hicimos hacer
en España. Mi padre tiene una empresa que importaba y hacía libros, y también
fabrica sus propios multimedia, entonces ellos me ayudaron a hacer el disco.
Estoy hablando del ’96. Proaudio y Protón eran los únicos que te daban el
master en CD. Incluso Discolandia creo que te daba el master todavía en DAT.
Entonces hicimos toda una matufia para sacar mil copias de ese disco y el ’97
lo lanzamos. Es el Heart Beat Machine. Fue como un hito porque nadie
sacaba en CD, sino en cassette.
Metro:
Excepto bandas como Octavia y Loukass, que eran Discolandia…
Puntos:
Claro, pero era muy difícil entrar a Discolandia. Tenías que estar ahí
muñequeando. Nosotros hemos saltado el paso de tener que ir a dejar nuestros
demos. Cantábamos en inglés. El 90 por ciento del disco en inglés; sólo había
una canción en castellano…
Vladi:
Además, así teníamos una independencia en el control de la música. Esa también
ha sido la línea de la banda desde el principio.
Metro:
¿Cómo les va con este disco? Se dan a conocer más ampliamente…
Vladi:
Sí. Incluso hasta hoy la gente sigue pidiendo temas que no tocamos ya de ese
disco, los sigue recordando.
Metro:
¿Inclusive temas que no están en el Legado de Odio?
Vladi: Sí
algunos que no están en el Legado de Odio…
Puntos:
Hay algunos que hemos repetido, o sea que hemos regrabado, pero sólo un par.
Vladi:
“Addiction”, “Ira” son temas que están ahí, los hemos regrabado y siempre los
tocamos, pero hay otros que todavía se siguen acordando. “Blind”, por ejemplo,
que no la tocamos hace muchos años…
Puntos:
Pero ésa también la regrabamos con el Chris antes del Legado para el Pandemonium,
como un “bonus track”, porque era un tema que siempre nos pedía la gente. Me
acuerdo que una revista underground de Santa Cruz nos pidió un tema para un
compilado. Nosotros les dimos “Blind” y creo que sacaron como un millón de esa
revista y el tema tuvo vida solo. Nunca hemos sonado en la radio. No somos una
banda que pueda sonar en la radio regularmente. Sí algunos vídeos, pero tampoco
hemos hecho muchos. El último disco es en que el sí grabamos dos vides, pero
después…
Metro: ¿Y
cómo hacían la promoción del disco en las primeras épocas?
Vladi: Sí
grabábamos un video, pero como te digo, había muy pocos espacios donde sacarlo.
Metro: ¿Y
en términos de radio?
Vladi:
Programas especializados. Había pocos… “Ruido Metálico” creo que ya había esa
época...
Puntos:
En la 97 había uno de rock nacional que nos daba un espacio. Era RockAndBol,
pero tenía una hora a la semana. No era como es ahora o lo que ha sido. Ni qué
decir de ir a hacer un playback. Escuchaban el disco y se quedaban así como…
(Gesto de pánico.)
Muy
pesado…
Metro:
Entonces era más una difusión boca a boca…
Puntos:
Boca a boca, más underground, ¿no?
Metro: ¿Y
cuándo comenzaron a sentir que ya tenían un séquito importante de seguidores?
Puntos:
Ya desde ese disco. Tuvo una presentación formal en el primer Equinoccio, el
que se cayó…
Metro: En
la Belisario…
Puntos:
Sí, en la Belisario. Y lo hicimos martes. Era gratis por la gente y además lo
hicimos con invitación, pero ya para el final del año –el disco salió en abril-
nos animamos a hacer un concierto grande en el Tesla, que todavía no lo habían
comprado los cristianos. Y funcionó súper. Fueron como mil quinientas personas
y ahí dijimos… “Bien…”. Era chistoso porque cuando hacíamos un concierto
grande, iba gente. Pero cuando tocábamos en Equinoccio o en algún boliche, la
gente no tenía la costumbre que tiene ahora.
Vladi:
Era una movida más under. El lugar donde se hacían los conciertos era la
clásica “Rockerón”, la calle Boquerón. Y el hecho incluso de tocar a un pub,
para los metaleros era hasta…
Puntos:
Mal visto. Y nosotros queríamos tocar.
Vladi: No
nos hacíamos problemas por tocar en la Rockerón y después en el Equi.
Puntos:
Entonces empezamos a darnos cuenta de que estábamos perdiendo un poco de gente.
La gente que nos seguía antes, empezamos a tocar en el Equi y ya no iban a
vernos. Hasta que alguien me dijo que nos habíamos olvidado de ellos. Hicimos
un concierto, me acuerdo, de un boliviano, ¿no ve? Para volver al under. Sólo
para pagar el sonido; no queríamos nada. En la “Rockerón”, no sé si ubicas.
Ahora ya no hay…
Vladi: Es
un sindicato de trabajadores de la construcción, una cosa así. En la calle
Boquerón, a media cuadra de la Almirante Brown.
Puntos:
Entonces hicimos a una luca y se llenó. Y ahí decidimos alejarnos un poco de
tocar en boliches porque veíamos que más gente nos iba a ver en la Boquerón.
Metro:
Que al final era su público base…
Vladi:
Sí, y fue creciendo en los conciertos. Estaban los discos y se pasaban entre
ellos o se pasaban la voz para que vayan a comprar el disco.
Puntos:
Incluso con ese disco hemos abierto a Rata Blanca, Ataque 77, Hammerfall.
De los discos con el primer batero, ése ha sido el disco que más ha funcionado.
Metro:
Háblennos del siguiente disco.
Puntos:
Tratamos de seguir la misma fórmula. Es el Anagramas. 1999 empezamos a
componer, 2000 grabamos y 2001 salió el disco.
Vladi: En
el Anagramas hay partes más melódicas. El Puntos compone temas que tenían
partes más trabajadas melódicamente.
Puntos:
Teclados, secuencias…
Vladi:
Pero sin dejar de lado la fuerza.
Puntos:
El Vladi hacía sus partes de voz, pero había mucho apoyo de teclados.
Vladi:
Tocábamos sobre una programación.
Metro:
Entonces sí bajaron un poquito la intensidad con respecto al primer disco…
Puntos:
Sí, y un cacho se nos fue la mano, viejo. Además que estaba empezando la época
de la piratería. Para el Heart Beat Machine no encontrabas discos a diez
pesos aquí en la esquina, pero ya para el Anagramas sí había empezado la
piratería y era un disco que al principio no se vendía nada porque el costo era
muy caro. Eso lo hicimos igual en Protón, pero ya había aquí también TDV,
entonces es el primer disco que hicimos con ellos. Para el 2000 ya las bandas
podían hacerse su CD, pero el costo era de 70 pesos por un disco.
Vladi:
Pero la calidad del disco era mucho mejor que la del Heart Beat…
Puntos:
Claro, era un folleto full-color de 170 gramos… Como nos fue bien con el Heart
Beat, ya teníamos un sustento económico. Nosotros como trabajamos es: el
último disco sale porque ha funcionado el anterior. Nos prestamos dinero, lo
vendemos recuperamos y podemos volver a hacer más. Así que lanzamos la casa por
la ventana: una serigrafía increíble, TDV, y no pues, no se vendía, porque era la
época en la que se empezaron a vender los discos a 10 pesos en la esquina,
entonces nadie compraba el disco y ya estábamos un año, así que dijimos “qué
pasa”. Pero fue saliendo y saliendo poco a poco, y ahora es uno de los discos
-ya se acabó hace rato- que más la gente pide, aunque como rareza, siempre
quieren tenerlo; y ni siquiera yo lo tengo…
Vladi: Es
el que falta en la colección de mucha gente.
Puntos:
En mi colección. Una vez regalé mi copia y se fue vendiendo y vendiendo, y
nunca lo recuperé.
Metro: De
todas formas, suenan un poco más satisfechos con el primer disco en lo musical.
Puntos:
Sí, porque ese Hate no era Hate. Era más un intento de hacer algo
más progresivo o melódico, pero sin tampoco tener los fundamentos o la técnica.
Es el disco que menos me gusta a mí de Hate.
Vladi: Yo
creo que es un disco bien interesante de escuchar. Es un trabajo melódico: los
teclados las guitarras; incluso en vivo se notaba muy bien. Además que el trabajo
en ensayo ha sido mucho: teníamos que estar totalmente reloj…
Metro:
¿Tocan temas de ese disco?
Puntos:
“Anagramas”, “Bajo el Signo de Dios”, “Dark Heart”, que era en inglés. Es que
era al revés: de once temas, diez eran en español y uno era en inglés. Eso nos
dimos cuenta por suerte antes de seguir haciendo en inglés: hay que cantar
nomás en tu idioma. Como nosotros escuchábamos solamente bandas en inglés,
estábamos metidos en eso. Ahora la gente quiere también saber lo que estás
diciendo. El primer disco lo hicimos en inglés porque estábamos acostumbrados,
pero también porque es mucho más fácil poner las cosas en inglés. Dices
cualquier sonsera y suena bien, se acopla a la música por los acentos y todo
eso. Así que fue más trabajo incluso, hasta acostumbrarnos a hacer las
canciones en nuestro idioma.
Seguíamos
presentándonos como hemos podido. No tuvo tanto éxito, no porque no le haya
gustado a la gente sino por el precio del disco. Pero seguimos, lo
promocionamos. El punto alto de ese disco fue abrir a Tierra Santa. Ahí
ya me di cuenta de que había que volver a lo que la gente quería. Avanzamos,
pero no tanto como pensábamos. Y empezamos a componer lo que es iba a ser República
de Odio. Casi un año de composición y con temas más duros y a tocar temáticas
más sociales. Vladi ahí se puso más la mira hacia lo que la gente estaba
sintiendo.
Vladi:
Antes eran más cuestiones subjetivas y del individuo. Como que sigue hasta
ahora esa línea, pero también el medio en el que estás viviendo. Ves lo que
pasa a tu alrededor. Lo que te afecta no solamente a ti sino a los que están
cerca.
Puntos:
Ya desde el primer disco había algo de eso… “Ira” es un tema que habla de lo
que sentías cuando la gente te bloqueaba y te tiraba piedras…
Vladi:
“Ira” es el descontento, el descontento social, constante descontento en todo
el mundo. Todo el tiempo hay un latente descontento que en algún momento va a
explotar…
Puntos. Y
como que explotó, digamos. En Anagramas, “Bajo el signo de Dios”, que es
una crítica bien dura al Cristianismo, pero no tanto como fe sino a cómo te
manipulan para sacarte dinero. Más a la religión como negocio. Pero el 80% de
los temas seguían siendo cosas más subjetivas: locura, adicciones…
Metro: En
el República ya comienza a predominar la temática social…
Puntos:
Claro. “La tez de la ignorancia”, “Corruptor”, que ya son más sociales. Ahí es
donde explota Hate en la primera época.
Metro: En
República
de Odio ya comienza a predominar la temática social…
Puntos:
Claro. “La tez de la ignorancia”, “Corruptor”, que ya son más sociales. Ahí es
donde explota Hate en la primera época. Todo lo que pensamos que iba a
ser Anagramas, lo logramos con el tercero. Lo grabamos el mismo 2003,
fue rapidísimo.
Metro:
¿Dónde?
Puntos:
Donde el Alfredo Bellot. Eran menos temas, era más directo, al grano, no había
producción de teclados, menos secuencias. Era lo que somos nosotros.
Metro:
Entre paréntesis, ustedes siempre han producido, ¿no?
Puntos:
Sí, es que no hay aquí un productor para Metal.
Vladi: Como
que la situación te lo pone así, ¿no? No había nadie que pueda producirnos, o
sea que teníamos que producirnos nosotros. Al final la labor era componer y
después producir.
Puntos:
Es que llega ya producido desde la sala de ensayo. Meses antes de ir a grabar
ya llegamos bien estructurados.
Metro:
Por eso es posible grabar un disco tan importante como República en tan poco
tiempo…
Puntos:
Exacto. Y ahí es donde la banda ya se consolida. Ya es Hate. Se empieza
a llenar todo. Ahí es donde Hate gana su nombre. Pero el batero nos
fallaba. Estábamos meses sin ensayar, semanas. Grabó sus partes y ya no
aparecía en el estudio. Al final era obvio que ya no iba a poder y además
pensaba que la banda no podía seguir sin él.
Metro:
¿Cómo se da la conquista del interior del país en esta primera era de la
banda?¿Viajaban a otras ciudades desde un comienzo?
Puntos:
Me acuerdo que incluso antes de grabar el Heart Beat fuimos a Cochabamba
por primera vez. No era como ahora. Íbamos a Sucre y ocho meses después a
Cochabamba. Ahora puedes hacer tipo una gira. Pero siempre nos han invitado a
tocar. La escena cochabambina era conocida como la escena más radical de
Bolivia. Me acuerdo que llegamos –era un año antes de grabar el Heart Beat-
con temas de ese disco. Nosotros siempre hemos sido una banda de más compos que
covers. Tocamos algo de Sepultura, pero me acuerdo que a los mismos
radicales les alucinó. El primer concierto: ¡una chichería! Me acuerdo una
anécdota muy buena de ese concierto. Empieza a llover y le estaba dando todo a
la consola y los equipos. Habían armado todo no tan cerca del techo. Entonces
va el tipo al micrófono y dice: “Ya, ¡tienen que ayudar!”. Todos los asistentes
al concierto se han acercado al escenario y lo han levantado, te cuento.
Vladi:
Entre todo el público para mover el escenario…
Puntos:
Lo han movido hasta donde ya no caía el agua. El sonido no era el mejor, pero
era otro feeling, menos pro, pero bien intenso.
Ya
después salió el disco, volvimos a viajar, fuimos a Santa Cruz, pero después
del disco se consolidaba que ya podíamos viajar a todo lado. La cosa en Hate
siempre es tocar. Nuestra motivación no es tanto lo económico. Nos gusta tocar
y tratamos de tocar donde podamos. Eso es lo que importa más que cualquier
cosa.
Metro: Ya
con Christian Paredes en la alineación, graban el Ángel Oscuro. Háblennos de
ese proyecto. Más allá del cambio de batero, fue uno de los periodos más cortos
entre discos, ¿verdad?
Vladi:
Sí, es que empezaron a surgir ideas en los mismos ensayos, ¿no? Aparte de
trabajar los temas que se tenían que tocar, empezaron a salir cosas y empezamos
a trabajarlas.
Puntos:
El Chris también tenía muchas ideas nuevas que había guardado mucho tiempo,
porque esa época, después de Alcoholika, había estado mucho tiempo sin tocar
Metal. Así nace el Angel.
Metro:
Quizás el disco más emblemático de la banda…
Puntos:
Es el más, creo. Es el que marca el nuevo Hate, digamos. Y tiene full
clásicos: “Ángel Oscuro”, “Combustiones”… Es imposible no tocarlas en nuestros
conciertos. Igual tardamos más porque el Martín (Joffré) tardó, pero si no,
hubiera salido mucho antes porque sólo había cuatro temas. O sea, son como 10
temas, pero también hay versiones en inglés, hay un demo y hay una versión de
“Bajo el Signo”...
Metro:
Hicieron parte con Alfredo Bellot, ¿no?
Puntos:
Claro, hicimos un demo, de un tema que se llama “Frío”, e hicimos una
regrabación de “Bajo el Signo”
Metro: El
resto, los nuevos temas, con Martín Joffré…
Puntos: Exacto.
Y hasta hicimos un video. Nos decidimos a hacer porque… ¿fue una ganga, no, de
tu amigo? (Se dirige a Vladi)
Vladi:
Claro. Tenía un amigo que estaba terminando ya de estudiar Producción
Audiovisual, entonces él nos hizo el video.
Metro:
¿Cuántos videos habían hecho hasta entonces?
Vladi:
Habíamos hecho “Addiction”, que es del Heart Beat Machine, y “Bajo el
Signo de Dios”, del Anagramas.
Puntos:
Para el República no habíamos pensado sacar un video. Me acuerdo que
hicimos la presentación gratis y abaratamos full los costos del disco para que
sea pagable y la gente pueda tenerlo. La idea también era ir presentando temas
del República, porque recién había salido… Y no sé cómo fue la cosa.
Creo que el cuate quería hacer su tesis, o era el video de su tesis, algo así,
pero nos hizo un precio regaladísimo. Me acuerdo que yo quería hacer un video
de “Abismal”, pero el Chris me dijo: “¿Y si hacemos de “Ángel”? Y exitazo
total. Es el tema que no podemos dejar de tocar, el que más la gente canta.
Vladi: Ya
había un medio con el que salir con el video: ya estaba Axesso. Entonces, ahí
iba rotando, se va conociendo más el tema… El disco creo que es uno de los más
exitosos de Hate, junto al Heart Beat Machine. Y las tocadas eran full
energía. La comunicación entre los tres era increíble, cada vez se notaba más.
Y la transmisión de esa energía la devolvía el público. Entonces era una
retransmisión alucinante en cada concierto.
Metro:
¿Es los que los lleva a querer hacer un disco en vivo?
Puntos:
La idea no era originalmente hacer un disco en vivo. Queríamos cerrar la etapa
del Ángel para ponernos a componer para el Pandemonium. Ya era finales
del 2005 cuando decidimos hacer un concierto grande para cerrarlo. Empezaron a
ir bandas underground a tocar en el Taipi. Y decidimos hacer un concierto
económico; creo que ha costado 10 pesos.
Vladi:
Además, era porque la gente siempre se quedaba afuera…
Puntos:
El Equi cerraba las puertas, estaban haciendo cola y se quedaban…
Vladi:
Entonces, teníamos que aprovechar un lugar más grande, y el Taipi era ideal. Y
aun así, se quedó gente afuera también.
Puntos: Y
no estaban acostumbrados a que haya tantas personas en el boliche, entonces el
Vladi y yo hemos tenido que salir a la calle a poner a la gente en fila… Y
grabamos el disco porque el Martín nos propuso hacer algo en vivo. Entonces, ya
pues, veremos qué sale. Intentamos grabarlo bien lindo, se llevaron las luces…
No salió muy bien la edición del DVD, pero el audio quedó… Y era análogo. Por
eso está cortado “Adiction”. Se corta la cinta en medio tema, hasta que se
ubique, ponga la cinta… Porque aparte de que estaba grabando, también estaba
haciendo sonido. Pero fue uno de los shows más grandes. Me acuerdo que han
entrado como mil personas en ese lugar.
Metro: Y
se nota en el disco, ¿no? La energía desatada…
Vladi: Y
esa era la idea. Había que captar esa energía que pasaba en todos los
conciertos…
Puntos:
Me acuerdo que en ese concierto el Christian se había tomado como cuatros Red
Bulls. Y está aceleradísimo pues el disco, viejo. Yo lo escucho ahora… Casi
nunca escucho los discos de Hate, pero cuando pongo ése, es pues el doble de lo
normal.
Y desde
la grabación del disco en vivo, que fue una de las últimas tocadas de la era
Ángel, ya empezamos a componer para el Pandemonium, que es un disco
raro.
Metro:
Háblennos de ese disco. ¿Cómo se les ocurre contratar un bajista?
Puntos:
El Vladi estaba con menos tiempo. No estaba con toda la disponibilidad del
mundo. Pero iba a ser sólo de apoyo, iba a ser temporal, hasta que él acabe sus
cosas…
Vladi:
Bueno, además, queríamos concentrar más trabajo en cada instrumento, ver qué
ondas. Y en realidad, ese cambio me ha servido de mucho. He logrado encontrar
más mi voz en el Pandemonium. Incluso ves la diferencia desde el Heart
Beat hasta el República de Odio. El Ángel es otro paso, pero en el Pademonium
mejora mucho más. Creo que esa fase en que nos hemos concentrado cada quien en
una cosa me ha ayudado mucho a superarme en la voz.
Metro:
Más allá de la amistad, Kato es principalmente un guitarrista. ¿Por qué piensan
en él como bajista?
Puntos:
Más que todo ha sido idea del Chris. El Kato es violero y creo que nunca se ha
sentido del todo contento como bajista, pero tampoco queríamos meter a alguien
que no conozcamos. Igual la química un poco se ha desbalanceado. El Kato estaba
haciendo su tesis, no estaba con tiempo, y al final el Vladi acababa tocando en
los ensayos. Como el Vladi sabía los temas, le metía.
Vladi:
Además estábamos haciendo una gira que nos iba a tener un mes fuera del país.
Metro:
Después de la grabación…
Vladi:
Claro, después de la grabación, para mover el disco. Contactamos una persona
que ya se movía con varias bandas, que traía, llevaba bandas en Cochabamba.
Entonces, él es el que armó todo. Al final, la gira terminó cayendo, pero antes
de que caiga, el Kato se preocupaba porque no iba a tener el tiempo como para
poder quedarse en todo el tour. Incluso había la idea de hacer solamente la
mitad de las ciudades y volver para que el Kato pueda hacer sus cosas acá; no
había tiempo para más. Muchas cosas de fueron cruzando y, bueno, intentamos de
nuevo el trío…
Puntos:
Pero tampoco ha sido en mala onda…
Vladi: Y
nos encontramos de nuevo con esa energía de trío de Hate.
Puntos: Y
la misma gente también lo ha recibido de otra forma. Como que ya estaba
acostumbrada a ver a Hate con tres, entonces no ha sido tan aceptado el
cuarteto.
Metro: ¿Y
por qué es raro ese disco para ustedes?
Puntos:
No hemos podido promocionarlo como queríamos. Han pasado cosas muy extrañas en
ese disco. El Martín no estaba tampoco muy metido. Estaba pensando que se tenía
que ir a México. Nos han robado cuando estábamos haciendo la gira nacional. El
encargado nos armó primero la gira nacional y luego nos iba a armar la gira
afuera. Llegamos a acabar esto. Hicimos Cochabamba, hicimos Oruro y no hemos
podido llegar a Sucre porque justo nos robaron los platos al llegar. Ahí ya fue
un bajón. Tuvimos que no salir en conciertos… El disco igual se agotó
rapidísimo; se agotó casi en la presentación. De ahí volvió el trío y ya
empezamos a hacer temas nuevos, digamos.
Metro:
¿Tocan temas de ese disco en vivo?
Puntos:
No muchos. Creo que es el disco que menos tocamos. Incluso del Anagramas
hasta llegamos a tocar tres temas. Hay dos que siempre hacemos, que son
“Confrontación (Guerra Civil)” y “Hostil Final”. Pero no hicimos ni video,
nada. Lo matamos rápido, digamos.
Metro:
¿Pero en lo personal, les gusta ese álbum?
Puntos: A
mí me encanta ese disco. Me parece súper técnico, el sonido está bueno. Incluso
la idea para esta gira es que vamos a retomar más temas del disco. Potenciarlo,
dejar más atrás los temas que sacábamos antes del Anagramas, que no son
tan esenciales de tocar y potenciarlo un poco el disco.
Vladi:
Hay temas que deberían estar en el repertorio, que al final siempre quedaban
relegados por los clásicos. Y yo creo que vale la pena rescatar varios de ese
disco. Las composiciones son geniales y es un momento en el que también hemos
mejorado los tres.
Puntos:
Hemos trabajado harto en ese disco. O sea, trabajamos más en la preproducción,
en los ensayos y la grabación… Y al final, no sé por qué, cuando hacíamos una
lista de temas, siempre salían más los clásicos. No lo promocionamos mucho y
empezaron a salir nuevas compos. La idea era hacer un disco porque estábamos
cumpliendo quince años de banda o algo así. Iba a ser un disco aniversario el Legado.
Vladi:
Los temas del Heart Beat Machine o del República de Odio, donde
no está el Chris y donde nosotros también estábamos empezando a meternos en lo
que era la dirección de Hate, sonaban muy diferentes, de la época del Heart
Beat Machine a la época del Ángel Oscuro. Sonaba muy diferente la
banda. La guitarra es diferente, el bajo, la voz es diferente, obviamente la
bata también. Y eso había que plasmarlo en un disco. Una intención fue el Odio
Vivo, que es lo que se ve en un concierto en vivo con la gente. Pero la
banda en estudio también podría haber sonado mucho mejor con los temas
antiguos, y eso es lo que se ha demostrado en el Legado de Odio.
Puntos:
La idea era ir cronológicamente: primero los temas del Heart Beat, luego
los del Anagrama, y así. El Chris ha dicho, “No, mezclemos, como disco.”
Metro:
¿Cómo creen que encajan los temas nuevos con los antiguos?
Puntos:
Perfecto. Es el disco más exitoso de Hate. Es así: del que más cantidad
de discos hemos vendido es el primero, porque salió en CD, en cassette, salió
en todo. Después viene el Ángel y luego viene el Legado, aunque
el Legado ya está agotado. Pero cuando digo exitoso, no me refiero
solamente a si has vendido las dos mil unidades, sino que es el que más nos ha
llevado a todo lado. Hemos podido hacer una gira nacional, hemos encabezado
creo que cuatro juntuchas y festivales en Cocha o en Santa Cruz… Es el que más
nos ha llevado a tocar en todo lado, el que más ha movido y el más nos ha dado
satisfacciones.
Metro:
Después de esa revisión al pasado, ¿cómo se plantean el siguiente paso hacia el
futuro? ¿Se intenta ir más allá de ese “legado”?
Puntos:
Siempre hemos pensado eso. Por lo menos tratamos siempre de mejorar lo que se
ha hecho antes. Y si no lo puedes mejorar, por lo menos que tenga el mismo
nivel, ¿no? Ya estábamos con unos 5 temas. Como ya habíamos ensayado tanto, nos
sabíamos bien el material, entonces parábamos y ensayábamos temas del disco que
queríamos hacer, Sangre del Tiempo, pero seguían apareciendo tocadas
importantes. Acabado el año y medio que estábamos promocionando el Legado
-hemos ido dos veces a cada ciudad-, hemos dicho, “tenemos que sacar un nuevo
disco”. A propuestas de festivales y tocadas afuera hemos tenido que decir “no,
gracias, cuando salga lo nuevo.” Hemos tenido que parar para dedicarnos al
disco. Si no, nunca iba a salir. Y eso creo que es bueno.
Vladi: Se
iba moviendo demasiado lento, ¿no? Íbamos trabajando un tema y había una
tocada, entonces había que preparar la tocada, luego se presentaba otra tocada
y al final se iba relegando el primer tema donde entraba el segundo… Entonces,
tenía que haber un momento en el que paremos todo para poder concentrarnos en
las nuevas canciones.
Puntos:
Ya estaban como 5 temas compuestos y en enero de 2012 decidimos dedicarnos al
disco. Hemos estado hasta junio puliendo las diez compos, y ha sido más lo que
hemos tardado en el estudio, que es más culpa del Martín. El último día de
mezcla ha sido el día que se estaba yendo de gira con Tejilah a Chile.
Él se iba el 2 de enero a las 10 de la noche y yo estaba ahí a las 11 de la
mañana, dándole los últimos toques.
Metro:
Otro paréntesis antes de profundizar en su último trabajo. Cuéntennos cómo
surge una canción de Hate. ¿Nace en los ensayos o alguno de ustedes trae una
maqueta hecha?
Puntos:
Completa, no. Yo, digamos, parto con un riff, lo llevo al ensayo, el Chris
ponía la bata y ya el Vladi lo trabajaba…
Vladi: En
el ensayo van saliendo nuevas partes del tema, se lo va estructurando. Sobre
eso comienzo a hacer unas melodías ahí.
Metro: ¿Y
en tu casa haces las letras?
Vladi:
Exacto.
Puntos:
Es como una regla ponerle al tema una parte nueva si le faltaba o que el Vladi
ya haga lo suyo. Te ponías un tiempo, ¿no? “Ya, voy a traer la letra para este
día.” Entonces, ya la traía, o la melodía por lo menos.
Metro:
¿Qué nuevos factores juegan un papel en lo lírico a partir de esa apertura a
los temas sociales que se da en República de Odio? ¿Qué temáticas explora el
nuevo disco?
Vladi:
Bueno, siempre tiene una dirección principal. De alguna manera vamos recayendo
en lo que es la fe, el aprovechamiento de la fe o cómo se interpreta la fe y la
religión. Eso es a través de los años. “El Gólgota es una liberación de la
obligación de creer o de la obligación de tener fe, en lugar de tener fe por ti
mismo. Ése es, más o menos, el sentido de la canción. De alguna forma, vas
recayendo en ese tema, pero tocas otros tópicos. Socialmente también. Ahora
está “Paria”, por ejemplo, que es sobre la gente que decide escapar de la
sociedad. Y vemos a los alcohólicos, a los vagabundos, que están fuera de la
sociedad, aun estando dentro de la ciudad. “La tez de la ignorancia”, que era
del República de Odio, trataba sobre el fascismo. Entonces, sigue siendo
un tema que está dentro de nuestra sociedad.
Puntos:
“Esclavización” igual ahora…
Vladi:
Que trata sobre el consumismo…
Puntos:
Nos meten cosas que no necesitamos en la cabeza y nos hacen creer que las
necesitamos, viejo.
Vladi:
Van más o menos por ahí. Si te fijas, el Ángel Oscuro es más o menos ese
sentido, tomado desde otra perspectiva.
Metro: El
hecho de volver a hacer un disco con Christian y Martín debe haber significado
que los cuatro ya estaban mejor compenetrados al entrar a grabar…
Puntos:
Yo creo que a nivel de canciones. No sé si a nivel de grabación, porque cada
disco es diferente. No puedes decir que está mejor grabado el Pademonium que
el Ángel, porque es subjetivo, ¿no? Hay gente que le gusta el Heart
Beat, digamos.
Metro:
¿Qué significa La Sangre del Tiempo en la evolución de la banda?
Puntos:
Como canciones, más allá de la parte técnica, que es el más compacto, el más
serio que hemos hecho. Es el que más me gusta a mí como temas.
Vladi:
Sí, totalmente de acuerdo.
Puntos:
Es un poco clásico que el músico diga que su último disco es el mejor, porque
siempre uno está esperanzado con su trabajo, pero para mí, viéndolo
subjetivamente, ni siquiera desde el punto de vista técnico, porque es un disco
en el que no hay mucho despliegue de técnica en comparación de otros, es el que
prefiero... Tiene que ver con el saber lo que necesita, lo que requiere la
canción.
Vladi: Lo
que sobresale son las canciones. Cuando componíamos, iba saliendo tema tras
tema, no había un favorito, todos funcionaban. Entonces, en el momento en el
que entramos al estudio, teníamos muchas expectativas para cómo iba a salir el
disco porque las canciones realmente jalaban. Si era una buena grabación, los
temas iban a ganar más de lo que ya eran en esencia.
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24 mayo
Metro:
Cuéntennos cómo ha sido la contratación del nuevo miembro de Hate.
Vladi:
Bueno, después de que hemos publicado que Christian ya no estaba tocando con
nosotros, casi inmediatamente nos llegaron algunos mensajes de Facebook, gente
queriendo probarse para la banda. Lo que habíamos charlado con el Puntos era de
no tanto hacer unas audiciones, digamos un examen para los bateros, sino más
bien tratar de ver cómo nos podíamos llevar con la gente, con el futuro
compañero…
Metro: El
factor humano…
Vladi: El
factor humano, exacto. O sea, ver cómo nos llevaríamos personalmente con él.
Fueron más unas sesiones donde tocábamos unos temas de Hate, tratábamos de
improvisar algo pequeño y ver cómo era la cuestión personal también entre
nosotros. Y ahí es que empezamos a ver que realmente el músico en Bolivia ha
mejorado mucho y que habían opciones como para cubrir el puesto. Al principio sí,
como cualquier banda, siempre te preocupas cuando falta alguien, pero es cierto
eso que dicen de que nadie es irremplazable. Nos dimos cuenta justamente de eso
y la cuestión fue algo ya más personal.
Puntos:
Hemos probado una serie de unos seis bateros, más o menos. El Grover siempre
estaba como la primera opción, pero no contestaba los mensajes y era la primera
persona a la que le hemos escrito. Y nunca contestaba…
Vladi: No
entraba a Facebook, era difícil ubicarlo.
Puntos: Y
no teníamos su teléfono, o sea que no podíamos contactarlo. A las tres semanas,
después de que ya habíamos probado a casi todos los bateros, apareció.
Vladi: Es
que, bueno, ya lo conocíamos al Grover como cuate y siempre nos habíamos
llevado bien con él. Aunque, claro, no había pasado más que unas horas de
compartir con él, pero era una buena opción desde e principio.
Puntos:
Ya habíamos “jammeado” también con él, ¿no? Varias veces. Ya habíamos tocado y
más o menos sabíamos que podía lograrlo.
Vladi:
Nos reunimos con él, le hicimos la propuesta y estuvo de acuerdo. Así que
quedamos en unas sesiones para encontrarnos a ensayar un cacho, para ver cómo
nos llevábamos musicalmente con él y toda la cosa.
Metro: Y
funcionó…
Vladi:
Funciona, funciona muy bien.
Puntos:
Es que como también toca ese estilo, al tiro ha ubicado de qué se trata la
cosa; no había que explicarle. Y se ha puesto las pilas tremendamente porque
antes de la presentación teníamos unos veinte ensayos y eran 17 temas que hemos
tocado esa noche. Sacábamos un tema bien por ensayo y es difícil pues, toda esa
información meter a la cabeza y cuadrarlo. No sé cómo lo ha logrado. Ha debido
estar loco…
Vladi:
Creo que ha habido harta expectativa, no solamente con esto del cambio de baterista,
sino también por el disco. Habíamos puesto el clip y tenía buena respuesta. El
primer corte tenía buena respuesta entre la gente, por lo menos eso lo que se
veía en la red, pero no sabíamos cómo iban a responder ese día. Nos decían que
había muy buena expectativa y había buenas esperanzas de que se llene el
concierto, pero nunca sabes hasta el momento en que se da. Y el día que fue el
concierto fue pues algo increíble: había una fila de más de una cuadra para
entrar al Equi y después de hacer sonido la fila ya estaba ahí. Lo que nos
contaban la gente que trabaja con nosotros y los que trabajan en el Equinoccio
es que la gente entraba y la cola no disminuía. Dio un momento en que han
tenido que cerrar la puerta porque el boliche ya no daba más, a pesar de que
habían quitado las mesas del centro para que entren muchas más personas
paradas. Fue un lleno total. Debe ser el concierto más lleno que ha tenido Hate
en el Equinoccio.
Puntos: Y
(el más lleno) en el Equinoccio, según lo que me decía la Ximena: que nunca
había estado tan lleno. El segundo tema ya han cerrado las puertas y se han
quedado como cien personas o más afuera.
Metro: Y
decir que ha sido el concierto más lleno de Hate es harto decir. (Risas.)
Puntos:
Pero creo que sí ha sido. Incluso se cortaba la consola, que estaba al fondo
porque la gente hacía mosh. Ha sido un concierto que han fallado técnicamente
algunas cosas, pero la gente lo ha recibido increíble al Grover y a la banda.
Se notaba también que no habíamos tocado bastante tiempo. Ha sido como
reencontrarnos otra vez con la gente.
Metro: Y
ha sido una buena acogida para el nuevo miembro…
Puntos:
Sí, súper. Igual en Cochabamba. No ha disminuido el cariño de la gente y la
banda sigue sonando como antes. Está bien compacta. Se ha tomado también el
trabajo el Grover de ponerse en serio, de ensayar todos los días. Se ha
concientizado bastante y lo ha logrado. Un gran sacrificio, nos ha ayudado
full…
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20 de
junio
Metro:
Contánnos cómo has entrado a Hate.
Grover:
Bueno, nos conocíamos hace bastante tiempo con Vladi y con Puntos dentro de la
escena. Había participado con hartas bandas dentro del Metal, entonces siempre
estábamos en contacto. La última vez fue en el “La Paz Extrema”, con Nación,
una banda con la que yo estaba tocando. Ahí hablamos de nuevo; siempre
quisimos. De hecho, tocamos en algún momento; teníamos un proyecto de “Stoner”
que queríamos hacer. Entonces, estábamos ahí, dando vueltas, viendo si se podía
hacer algo.
Puntos:
Claro, nunca tuvimos el tiempo…
Grover:
El tiempo, sí, para de verdad plasmar algo. Después siempre estábamos en
contacto y de pronto pasó esto. Yo no uso mucho el Facebook -ahora sí-, había
cambiado teléfono, entonces…
Puntos:
Fue el primero que contactamos y el último en responder… (Risas.)
Grover:
Exacto. Entonces hicimos el contacto, quedamos un día para el primer ensayo.
Nos reunimos y tranquis, quedamos los horarios y todo. Pero también me dijeron
te daremos por lo menos tres temitas, por si acaso. Pese a que habíamos tocado
ya antes, no había tocado temas de Hate. Sacamos “Castigo”, “Desaparición” y
“Combstión”.
Puntos:
Pero no era porque no podía sacar los temas, eso no había duda. Era más de
química…
Grover:
Saqué los temas, quedamos el día, salió genial y ya: empezamos a ensayar,
ensayar, porque ya se aproximaba la tocada. Eso más o menos ha debido ser a
mediados de febrero, después justo del carnaval. Nos reunimos, empezamos a
tocar ya directo y ya el tres de mayo fue la presentación. Tuve que sacar
algunos temas también del nuevo disco y todo increíble, la química estaba
genial.
Metro:
Contánnos cuáles eran tus impresiones sobre la banda.
Grover:
Bueno, siempre una gran impresión en realidad. Creo que me considero fan porque
en mis inicios, especialmente en la época que había explosionado el Hardcore,
el Nü Metal, por así decirlo, estaba empezando a tocar batería. Entonces, me
acuerdo que había una Marathon del Equinoccio Rock, y estaban participando
justo Alcoholika, estaba participando Hate, estaba participando
también Pantano, que me encantaba, siempre seguidor de la escena. Ese
tiempo, en mis inicios, estaba con mi primera banda, que era Armatroste,
así de colegio, sin saber nada. Solamente era fan. En esa época siempre iba a
Hate cuando había conciertos. Siempre era una banda pilar para influenciarme
también en la música que quería hacer. Entonces, ha sido pues clave estar
ahora. Ha sido un proceso igual de aprendizaje. Lo bueno de haber empezado con
este instrumento es que siempre he estado con bandas, siempre he estado tocando
y tocando todo el tiempo. Y ahí es donde los mismos músicos me enseñaban cosas
que yo no sabía. En realidad, todo lo que aprendí fue así…
Metro:
Empíricamente…
Grover:
Empíricamente pues, compadre. Entonces, feliz pues. Esto es creo lo que estaba
buscando siempre, lo que me faltaba en realidad, pese a que he tenido bandas de
todo tipo de estilo, siempre conservando el Rock and Roll, por así decirlo.
Aunque el Metal siempre ha sido mi base, también me he abierto hacia otras
cosas, pero creo que siempre me ha llamado esto, y ahora… es increíble estar en
Hate. Es lo que quería, lo que necesitaba.
Metro:
¿Más allá de lo musical, cómo se da la química humana con tus nuevos socios?
Grover: Bien,
porque eso es bien complicado de encontrar. Si bien puedes tocar con hartas
personas, yo creo que la clave es la persona que eres, cuáles son tus
objetivos, qué es lo que quieres hacer con tu arte. Entonces, eso es lo que me
ha encantado de ellos. O sea, iban al objetivo: es tocar, tocar, hacer lo que
ellos siempre han querido hacer; “nosotros” ahora. Y eso es lo que me ha
encantado. No habían peros: que por qué esto, por qué esta escena, qué tal si
no tocamos en aquel boliche. No hay que analizar tres veces, cuatro veces,
darle mil vueltas, tal vez dentro del marketing, por así decirlo. Dentro de
nuestra escena como que todos le ven un pero, aunque creo que estamos
abriéndonos un poco más ahora. Antes éramos más cerrados, especialmente en la
escena del Metal, criticando todo, cuando la misma gente que te critica no hace
nada. Si bien pueden tener talento, no se enfrentan a esas cosas debido a eso
pedos mentales, taras mentales. Al final, la música es universal. Siempre ha
habido la entrega total en los ensayos, la crítica constructiva, la no
competencia, que se encuentra en muchas personas capas. Puedes hacer una banda
de hartos músicos increíbles, pero todos vienen con “ah, pero no sé qué” o “a
él le falta esto” o “yo sé más”. Eso no hay, entonces eso es lo que me ha
encantado de estar tocando en Hate.
M:
Hablánnos de la presentación del disco.
Grover:
Mi corazón estaba pues nerviosísimo Hasta que me nombraron y dijeron “¡Grover!
Este es el nuevo batero de Hate y “tacatacatacatacatak”, todas esas palmas
y gritos. Ha sido un recibimiento increíble de la gente, de todo lo que es
Hate, porque al final es una banda de culto.
Metro:
Porque Hate no son solamente Puntos y Vladi, sino toda una legión de gente…
Grover:
Una legión, exacto. (Risas.)
Puntos:
Era pues una tocada difícil para todos.
Grover:
Estrenando disco…
Puntos: Y
se ha re-llenado como nunca. Y ha estado bien. Era una tocada difícil, pero ha
salido increíble.
REVISTA
METRO